Cuando enfrentamos momentos de dolor, preguntas y dudas, es natural sentir que Dios está lejos o que no ha respondido a nuestras oraciones como esperábamos. Sin embargo, el relato de Marta y su encuentro con Jesús en Juan 11:21 nos ofrece una poderosa lección sobre la fe, la esperanza y el tiempo perfecto de Dios.
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El contexto de Juan 11:21
En este versículo, Marta le dice a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Estas palabras revelan el corazón dolido de Marta. Había perdido a su hermano Lázaro y sentía que Jesús, quien había demostrado tener poder para sanar, había llegado demasiado tarde.
Este momento resuena con nuestras propias experiencias. ¿Cuántas veces nos hemos sentido como Marta, preguntándole a Dios por qué no actuó antes? Es una pregunta sincera, llena de dolor y de una fe tambaleante, pero fe al fin y al cabo.
Dios escucha incluso en nuestro dolor
Marta no permitió que su dolor la alejara de Jesús. Aunque estaba confundida, ella continuó hablando con Él. Esto nos enseña una verdad crucial: Dios no nos pide que escondamos nuestras emociones. Podemos llevarle nuestras dudas, frustraciones y preguntas, porque Él desea escucharnos y consolarnos.
En nuestros momentos más oscuros, cuando las respuestas parecen lejanas, necesitamos recordar que Dios no se aleja. Como un Padre amoroso, Él está presente, dispuesto a recibir nuestras palabras, incluso si están cargadas de tristeza o desesperación.
El tiempo perfecto de Dios
Jesús no llegó tarde a la vida de Lázaro. Aunque humanamente parecía que todo había terminado, Jesús tenía un plan mayor: demostrar que Él es “la resurrección y la vida” (Juan 11:25). Este milagro no solo trajo de vuelta a Lázaro, sino que también fortaleció la fe de todos los presentes.
De la misma manera, en nuestras vidas, los retrasos de Dios no son denegaciones. A menudo, sus tiempos y caminos son mucho más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9). Aunque no siempre entendamos sus motivos, podemos confiar en que sus planes son buenos y perfectos.
La fe que trasciende las circunstancias
Marta también mostró una fe admirable. Aunque no entendía el porqué del retraso de Jesús, ella aún declaró: “Pero aun ahora yo sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá” (Juan 11:22). Esta fe, a pesar de su dolor, es un ejemplo para nosotros.
Cuando enfrentamos circunstancias difíciles, nuestra fe puede tambalear. Sin embargo, es en esos momentos cuando debemos aferrarnos a las promesas de Dios. Recordemos que Él es fiel, incluso cuando nuestras emociones y situaciones nos dicen lo contrario.
Aplicación práctica: Lleva tus dudas a Jesús
- Ora con honestidad: No tengas miedo de ser transparente con Dios. Dile lo que sientes, lo que te preocupa y lo que no entiendes.
- Busca consuelo en la Palabra: Versículos como Romanos 8:28 y Salmos 34:18 nos recuerdan que Dios está obrando aún en medio de nuestras pruebas.
- Rodéate de una comunidad de fe: Compartir tus luchas con otros creyentes puede ser una fuente de apoyo y aliento.
- Confía en su plan: Aunque no veas la solución inmediata, descansa en el hecho de que Jesús nunca llega tarde.
Reflexión final
Jesús quiere que lleves tus dudas, dolores y preguntas a sus pies. Tal como Marta, puedes acercarte a Él con honestidad y fe. Recuerda que, aunque no entiendas su plan ahora, Él tiene un propósito mayor.
¿Estás dispuesto a confiar en Jesús aún cuando el panorama parece desesperado? Te invito a reflexionar sobre esta pregunta y a compartir tus pensamientos. No olvides que Cristo te ama y desea tener una relación personal contigo. ¡Confía en Él hoy!