¿Por Qué es Importante Cómo Ayudamos a los Demás?
¿Alguna vez te has preguntado qué revela tu forma de ayudar sobre tu corazón? Jesús, en Mateo 6:1-4, nos enseña una verdad poderosa: no se trata solo de qué haces, sino por qué y cómo lo haces. La manera en la que damos puede ser una expresión profunda de nuestra fe o una simple búsqueda de aprobación humana.
Tabla de Contenido
El Peligro de Buscar Reconocimiento
Jesús comienza con una advertencia clara:
“Cuídense de no practicar su justicia delante de los demás para ser vistos por ellos…” (Mateo 6:1)
Aquí, Jesús no critica las buenas obras, sino la motivación detrás de ellas. Cuando damos solo para ser admirados o aplaudidos, perdemos la recompensa celestial. Nuestro corazón se desvía del propósito divino y cae en el orgullo y la vanagloria.
El problema no es el acto de dar, sino el deseo de ser vistos. Cuando nuestras acciones buscan likes, aplausos o aprobación, dejan de ser una ofrenda a Dios y se convierten en una herramienta para alimentar el ego.
Dar en Secreto: Una Muestra de Fe y Humildad
Jesús continúa con una ilustración poderosa:
“Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha.” (Mateo 6:3)
Esto no significa que nunca debamos hablar de nuestras obras, sino que nuestro deseo principal debe ser agradar a Dios, no impresionar a otros. El secreto es un símbolo de humildad, una forma de decir: “Esto lo hago por amor, no por fama”.
Cuando damos en secreto, ejercitamos la fe. Confiamos en que Dios ve cada acto, cada sacrificio, cada ofrenda, aunque nadie más lo haga. Él no solo ve nuestras acciones, sino también nuestras intenciones.

Dios Mira el Corazón, No la Cantidad
Muchas veces pensamos que dar es cuestión de cantidades. Pero Dios no mide billetes, sino corazones. Él valora el amor detrás de cada acto. Puedes dar una pequeña ayuda, una palabra de ánimo, un plato de comida, y para Dios puede ser una ofrenda preciosa si viene de un corazón sincero.
Jesús nos enseña que la forma y la intención importan más que la cantidad. La viuda que dio dos monedas fue elogiada por dar todo lo que tenía (Lucas 21:1-4). ¿Por qué? Porque dio con fe, con gratitud y con humildad.
Cómo Podemos Aplicar Esta Enseñanza Hoy
Aquí algunas formas prácticas de vivir Mateo 6:1-4:
- Examina tu motivación: Antes de dar, pregúntate: ¿Estoy haciendo esto para agradar a Dios o para que me vean?
- Da en secreto siempre que puedas: Hazlo sin anunciarlo. Dios lo ve.
- Mantén una actitud de gratitud: Da con alegría, no por obligación ni para sentirte superior.
- Enseña a tus hijos o amigos a ayudar con humildad: El ejemplo es poderoso.
- Ora por la persona que ayudas: No solo des cosas, da amor y compasión.
La Recompensa que Viene de Dios
Jesús promete que el Padre que ve en lo secreto, te recompensará (Mateo 6:4). Esta recompensa no siempre es material. Puede ser paz, gozo, crecimiento espiritual o una fe más profunda. Dar con el corazón correcto nos conecta con el carácter de Cristo y nos convierte en sus verdaderos discípulos.
Reflexión Final: ¿A Quién Quieres Agradar?
Todos enfrentamos esta lucha interna: agradar a Dios o agradar a los hombres. La buena noticia es que el Espíritu Santo puede transformar nuestras motivaciones y alinearlas con el corazón de Cristo.
Así que hoy te invito a reflexionar:
¿Estás ayudando para ser visto por los demás o para honrar a Dios?
Haz un cambio. Comienza a dar con un corazón humilde, lleno de amor y gratitud, sabiendo que lo haces para Aquel que todo lo ve, y cuya recompensa es eterna.